EL CÁRTEL ROTO

No hay tregua, no hay mando, solo traición en cadena.

EL CÁRTEL ROTO

No hay tregua, no hay mando, solo traición en cadena.


Culiacán, septiembre de 2024. La ciudad despertó con algo distinto en el aire. No eran solo balas, retenes ni desapariciones —eso ya era rutina—. Era algo más profundo: el miedo de saber que el enemigo ya no venía de afuera. Esta vez, los que se mataban entre sí compartían apellido, padrino o sangre.

Ese mes comenzó la guerra interna más seria en la historia del Cártel de Sinaloa. Una fractura real entre dos herederos del poder: Ismael Zambada Sicairos, alias “Mayito Flaco”, y Iván Archivaldo Guzmán Salazar, conocido como “El Chapito”. Ambos, representantes de las dos principales dinastías del narco mexicano: la del Mayo Zambada y la del Chapo Guzmán.


El inicio del conflicto

Durante años, el Cártel de Sinaloa logró sostener una imagen de cohesión. Aunque los hijos del Chapo y los Zambada compartían territorio, socios y enemigos, la tensión siempre estuvo latente. La muerte operativa del Chapo tras su extradición en 2017, el desgaste físico y político del Mayo, y el ascenso violento de Iván Archivaldo y sus hermanos, prepararon el terreno.

Fue en septiembre de 2024 cuando las lealtades comenzaron a romperse. Operadores medios comenzaron a ser ejecutados; surgieron interrogatorios grabados; las narcomantas se tornaron más directas. Ya no eran advertencias al gobierno o a rivales externos, eran mensajes internos: "Se rompió el pacto".


Los protagonistas

Mayito Flaco

Hijo del Mayo Zambada. Representa a la vieja escuela del narcotráfico sinaloense: estructura, discreción, logística, control rural. Contaba con el respeto del círculo de su padre, incluyendo mandos antiguos, corredores de droga y financistas.

El Chapito

Iván Archivaldo es el más visible y violento de los Chapitos. Controla el negocio del fentanilo y varias rutas hacia EE.UU., incluyendo alianzas con Asia para insumos químicos. Bajo su liderazgo, el cártel mutó hacia una estructura más agresiva, descentralizada y mediática.


Culiacán en fuego cruzado

Desde septiembre hasta hoy, se han registrado:

  • Aumentos en los levantones internos de operadores medios.
  • Cambios en la cadena de mando en plazas como Mazatlán, Navolato, El Dorado y parte de Sonora.
  • Intervenciones encubiertas del ejército en zonas tradicionalmente "protegidas" por acuerdos tácitos.
  • Informes de alineamientos forzados: operadores menores han tenido que decidir a qué lado pertenecer.

La guerra ha sido quirúrgica: poco espectáculo, mucha estrategia. Eso la hace más peligrosa. Los enfrentamientos no están en la calle principal, están en las sombras.

La delincuencia organizada ha dejado una herida abierta en la ciudadanía. Culiacán ha sufrido golpes profundos: comercios cerrados por temor, violencia palpable en colonias antes tranquilas, desplazamientos silenciosos y una sensación generalizada de inseguridad. Ni la ley ni los elementos castrenses han logrado contener el caos. La ciudad, acostumbrada a convivir con el narco, hoy vive una guerra sin rostro claro.


El arresto del Mayo Zambada

El 25 de julio de 2024, Ismael “El Mayo” Zambada fue arrestado. Fue secuestrado por su propio ahijado, Joaquín Guzmán López, hermano de Ovidio, y entregado a autoridades en lo que muchos interpretan como una traición orquestada desde dentro. Ambos gobiernos, México y Estados Unidos, confirmaron la captura.

El Mayo, durante décadas el capo más elusivo de América, no cayó por un operativo militar, sino por la deslealtad de su propia sangre.

Desde su captura, las estructuras aliadas a los Zambada comenzaron to desmoronarse. La vieja guardia quedó sin cabeza, y los Chapitos aceleraron su control total sobre plazas clave. Sin embargo, el silencio judicial sobre su estado y proceso alimenta una nueva sospecha: ¿Está el Mayo negociando a puerta cerrada para evitar la cadena perpetua que vivió el Chapo?


Ovidio en silencio

Extraditado en 2023, Ovidio Guzmán López ha permanecido en completo hermetismo. No hay audiencias públicas ni declaraciones formales. Este silencio ha levantado una hipótesis cada vez más fuerte:
¿Está colaborando con el gobierno de EE.UU.?

Si la respuesta es sí, entonces podría estar proporcionando información sensible sobre:

  • Operadores financieros.
  • Rutas de fentanilo.
  • Pactos con militares y políticos.
  • Diferencias internas entre su familia y los Zambada.

Eso explicó, en parte, la facilidad con la que fue capturado el Mayo. Una colaboración de Ovidio lo convertiría en el traidor más grande en la historia reciente del cártel.


Impacto binacional

La guerra interna ha puesto en crisis la cooperación bilateral:

  • Washington exige resultados reales, no solo detenciones simbólicas.
  • México busca mostrar control, pero la violencia y la fractura evidencian un narco sin orden ni jerarquía.
  • La caída del Mayo y el silencio de Ovidio son fichas clave en una negociación mayor: la contención del fentanilo a cualquier precio.

El problema: ya no hay una sola cabeza con la que negociar. El Cártel de Sinaloa está en mutación, y esa incertidumbre complica toda la estrategia binacional.


Conclusión

El Cártel de Sinaloa ya no es una organización unificada. Es un sistema en guerra consigo mismo.
La caída del Mayo, la traición de su propio ahijado, el posible silencio colaborativo de Ovidio y la ambición de Iván Archivaldo han desencadenado una tormenta que no solo definirá el futuro del crimen organizado, sino también el rumbo político y diplomático de México en los próximos años.

Culiacán ya no está bajo un mismo mando.
Está atrapado entre dos familias... que alguna vez fueron una sola.

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